LAHORE, Pakistán.- Al menos 40 personas murieron el jueves en ataques contra la policía en las ciudades paquistaníes de Lahore y Kohat y en un atentado contra una residencia gubernamental en Peshawar, en una sangrienta escalada de la violencia que comenzó hace once días, según balances oficiales.
Entre las víctimas figuran 10 atacantes, 19 policías, 10 civiles (entre ellos un niño) y una persona sin identificar.
Estos ataques pusieron en evidencia el poder de los elementos radicales armados para golpear en el corazón de Pakistán, así como la debilidad de las fuerzas de seguridad, mal equipadas, a pesar de las promesas de una nueva ofensiva contra los islamistas talibanes cerca de la frontera con Afganistán.
Las fuerzas de seguridad necesitaron cuatro horas para poner fin a los ataques en Lahore (este), la segunda ciudad del país, con siete millones de habitantes.
Al menos 28 personas murieron en los intentos de asalto simultáneos contra tres instalaciones policiales en Lahore y 11 en un atentado suicida con coche bomba en Kohat (noroeste).
Por la tarde, una bomba estalló en una residencia de empleados del gobierno en Peshawar (noroeste), con saldo provisional de un niño muerto, según una fuente médica.
jueves, 15 de octubre de 2009
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